Aokihagara, El bosque de los suicidios – Turismo oscuro

Aokigahara
Desde Daruma Travelers siempre intentamos que aprendáis alguna cosita extra, aparte de ver los puntos habituales de visita, somos unos apasionados de los lugares que esconden una historia, sobre todo si es algo peculiar, o truculenta, por eso os ofreceremos en una serie de entregas, varios sitios para los apasionados del conocido como “Dark Tourism”. Vamos a empezar por el archifamoso Aokigahara. ¿Te atreves?

Probablemente todos los lectores de Daruma Travelers, en algún momento habréis oído hablar de Aokigahara, también conocido como “El bosque de los suicidios” o más amablemente Jukai “Mar de Árboles”. Este hermoso bosque sito en el área noroeste del Monte Fuji, «goza» de poseer el segundo lugar del ranking de suicidios del mundo. ¡Casi nada! (Si os preguntáis cual es el primero, es el Golden Gate, en San Francisco, Estados Unidos).

Historia de Aokigahara

El primer registro histórico de un suicidio en Aokigahara data de 1340, cuando un monje budista Shohkai realizó el nyujoh, un ritual budista mediante el cual ayunando te purificas y esperas la muerte. Este monje creía que así, salvaría al mundo del pecado (a la vista está que no funciona).

Hay quien data los orígenes de la fama del Aokigahara al siglo XIX. Se cuenta que las familias pobres abandonaban aquí a los ancianos y los enfermos para que murieran, en lo que se conoce en japonés como “Ubasute” (うばすて・姥捨て). Abandono.

Otro elemento de la leyenda del bosque es la presencia de yūrei, fantasmas que «interactúan con el mundo vivo, creando luces y sonidos e invocan maldiciones». La noción de yūrei se basa en varios tradicionales creencias de los primeros períodos de la historia japonesa, los espíritus de los que habían muerto de forma «antinaturales» sufrían en el más allá y/o eran peligrosos para los vivos. El suicidio puede considerarse una manera antinatural de morir, por lo que las emociones de la persona permanecen “apegadas” a este mundo, sobre todo por el hecho de que sus cadáveres no son encontrados hasta bastante tiempo después de su muerte.

“Tu vida es un regalo precioso de tus padres» 

Aokigahara en la literatura y el cine

Hay dos obras literarias que han contribuido a la romantización del lugar como escenario para acabar con tu vida. “

«Towering waves” (波の塔, Nami no Tō) de Seicho Matsumoto (1960) – en la que una pareja escoge el bosque de Aokigahara para suicidarse.

Manual completo del Suicidio

«El Manual completo del suicidio” (完全自殺マニュアル, Kanzen Jisatsu Manyuaru) de Wataru Tsurumi (1993) – en la que el autor describe minuciosamente muchas formas de quitarte la vida. Por cierto, este libro está prohibido en Japón ¡Y podemos entender por qué!

Así mismo, el drama “Sea of Trees” (Gus Van Sant, 2015) y la cinta de terror “The Forest”  (Jason Zada, 2016), acercaron este singular paraje al público occidental. Por si lo quereis saber, lo que vemos en The Forest, no es Aokigahara, ya que no está permitido grabar dentro del bosque por lo que la mayoría del film se rodó cerca de la montaña Tara en Serbia.

The Forest y Sea of Trees - Aokigahara

The forest y Sea of Trees, las dos películas que acercaron el bosque de Aokigahara al público occidental.

Actualmente (2021) nos encontramos con el último largometraje firmado por el afamado director Takashi Shimizu, (Ju-On), bajo el título Jukai-Mura (樹海村 – Suicide Forest Village). La película cuenta como un día llega una misteriosa caja y de ella surge una maldición que comienza a extenderse por todas partes. Parece que la fuente de todo está en el poblado Jukai escondido en medio del bosque… Un foco de suicidios en el que si entras, no volverás a salir.

¿Qué encontramos en Aokigahara?

La primera recomendación es no dejar el camino, ya que en esta zona es complicado orientarse, no funcionan brújulas, GPS o teléfonos móviles. Los excursionistas suelen dejar cintas de colores atadas a los árboles para poder regresar sin problemas. Es fácil perderse y no es una excursión que recomendemos hacer por vuestra cuenta.

Ya en el mismo parking se pueden ver coches abandonados. Si eso no te disuade del paseo, puedes seguir por el camino.  A lo largo del camino es fácil encontrar mensajes que intentan disuadir a los suicidas con mensajes como este:

“Tu vida es un regalo precioso de tus padres» y «¡Consulta a la policía antes de decidir morir!» junto a números de emergencia y apoyo.

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En muchos casos también se pueden encontrar pequeños altares conmemorativos y flores allí donde se encontraron cuerpos.

Puedes llegar a ver sogas colgando de los árboles… y lo demás, podéis figurároslo… por eso insistimos en que es mejor no salirte del camino.

¡Consulta a la policía antes de decidir morir!

Existe un grupo de voluntarios que recorre el bosque periódicamente buscando los cuerpos de las personas que acaban con su vida en Aokigahara, aunque algunos no son encontrados hasta mucho tiempo después de su muerte.

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Suicidio y salud mental en la cultura Japonesa

Japón tiene una de las tasas de suicidio más altas de los paises desarrollados, aunque el número ha disminuido considerablemente en los últimos años.

Japón siempre ha sido muy permisivo con este acto, y no lo considera pecado, como otras muchas culturas. En la sociedad japonesa suicidarse se ve como una manera de asumir una responsabilidad. Sin ir muy lejos en el tiempo Toshikatsu Matsuoka antiguo Ministro de Agricultura y Pesca se suicidó en 2007 en medio de un escándalo financiero, algo prácticamente impensable en Occidente.

El suicidio siempre se ha visto como algo honorable e incluso glorificado. Los kamikaze y la tradición japonesa del Seppuku, la «muerte honorable» de épocas pasadas, se esgrimen ahora como las razones que justifican esta problemática.

Esta percepción, junto con la práctica invisibilidad de las enfermedades mentales y su resistencia a hablar de ellas, hace que sea difícil para los que sufren depresión o impulsos suicidas, buscar ayuda.

En Japón, no es tabú el suicidio, pero sí lo es discutir sobre salud mental y las instalaciones de tratamiento psiquiátrico a menudo se encuentran alejadas. Ya ni nos entretenemos en hablar de psicoterapia, prácticamente es inexistente. Para ellos cualquier signo externo de depresión o psicosis sugieren que la víctima no tiene suficiente autocontrol ni disciplina. Lamentable, pero cierto.

¿Qué lleva a la gente a visitarlo?

Algunas personas sienten una singular admiración por el turismo tanatológico, y visitar cementerios y emplazamientos como Aokigahara es primordial para ellos. Ya sea por la oportunidad de acercarse a su propia mortalidad o por sentir una atracción macabra.

Otros, más terrenales, y con una razón bastante cuestionable, van en busca de algún “trofeo”, que suele ser conseguir algún objeto de alguna de las personas que fallecieron allí.

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Otros simplemente tienen un enfoque frívolo e irrespetuoso del lugar, como es el caso de Logan Paul, “afamado” Youtuber que hace un par de años se adentró en Aokigahara junto a su equipo y no sólo grabó el cadáver de un hombre si no que se rieron de él durante toda la toma. Si nos permitís, todos los videos que Logan Paul rodó en Japón, son de tan mal gusto que, si por nosotros fuera, no le dejaríamos pisar de nuevo el país. De hecho como veis, ni siquiera ponemos una foto suya ni ningún link para no hacerle más publicidad.

Aunque no lo creáis, después de todo este tenebrismo, hay gente que simplemente va a Aokigahara a hacer trekking… lo dicho, si no te sales del camino señalado, tendrás una agradable caminata por un bosque “encantado”.

Como siempre, recuerda, si en tus planes futuros está visitar Japón, desde Daruma Travelers haremos todos lo posible porque veas el Japón que siempre has querido conocer. ¡Que no te lo cuenten! ¡Vívelo!

Foto de cabecera Jake Weirick en Unsplash

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