Aunque ahora la tendencia es a llevar los dientes cuanto más blancos mejor, hubo un tiempo en el que los cánones de belleza eran muy distintos a los de hoy en día. En esta entrada os hablamos de Ohaguro ¿quieres conocerlo?
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¿Qué significa Ohaguro?
En Japón pintarse los dientes de negro era sinónimo de belleza. La palabra ohaguro era un término aristocrático japonés compuesto por o (お) preposición honorífica y los caracteres, ha (歯) diente, y kuro (黒) negro. La palabra japonesa kuro está relacionada con la idea de la noche y dicho color se asociaba con la sumisión y la lealtad.
A diferencia de los cánones actuales de belleza, en la cultura antigua japonesa el concepto de tener una dentadura muy blanca no siempre se percibió como símbolo de belleza. Ohaguro o “dientes negros” es una técnica ancestral que consistía en embellecer los dientes de las mujeres oscureciéndolos. Para ello se empleaba un tinte a base de óxido de hierro, sake y té. Se requería tintar cada pocos días, incluso diariamente, los dientes, pues cuanto más negros y brillantes se vieran más bella era la sonrisa. Algo difícil de creer a día de hoy. Esta práctica no era exclusiva de Japón, ya que se extendía a regiones del sudeste asiático y a regiones más distantes como el noroeste de India.
El negro era considerado un color elegante por lo que era normal ver a las mujeres pertenecientes a la aristocracia con dientes negros azabache una vez que habían alcanzado la “madurez o edad adulta”. El negro representaba belleza y poder. En sus orígenes sólo las mujeres de clase social alta eran las que se teñían los dientes pero posteriormente lo harían también hombres de la aristocracia.
Breve historia sobre Ohaguro
Kofun y Heian
La historia de Ohaguro proviene incluso de antes de Período Heian ya que se han descubierto rastros de tinte en los huesos y dientes recuperados del período Kofun (250-538). Aunque su popularidad se proviene del final del período Heian.
Era una práctica particularmente extendida entre los aristócratas durante esta época, especialmente las mujeres jóvenes que estaban listas para casarse. La moda en ese momento era que las mujeres llevaran la cara pintada de blanco, y se pensaba que los dientes ennegrecidos eran un buen complemento.
Hay quienes sostienen que la estética de pintarse los dientes de negro oculta la expresión de la boca y esto se empleaba con el fin de cautivar al hombre, de igual manera que se ocultaba la boca con una mano o con un abanico.
Otra razón por la que se convirtió en una nueva moda es que los dientes en esos días a menudo eran muy amarillos. Color que contrastaba con la palidez de las caras, por lo que ohaguro ocultó esto. Además de encubrir los dientes amarillos, a menudo podridos y viejos, Ohaguro también fortaleció los dientes y ayudó a protegerlos contra las caries y otras afecciones de los dientes y las encías.
Muromachi
Durante el período Muromachi, el ohaguro era popular entre la población adulta, y generalmente entre las personas acomodadas, también era común entre las hijas de los militares simbolizando su llegada a la edad adulta.
Edo
Durante el período Edo, que abarcó de 1603 a 1868, las mujeres a menudo se teñían los dientes de negro cuando tenían la edad de buscar marido y casarse. También fue popular entre geishas, prostitutas y mujeres casadas.
También lo utilizaban los aristócratas y os hombres con vínculos imperiales. Sin embargo, durante este tiempo empezó a verse el proceso como tedioso y anticuado.
En las zonas rurales de Japón, ohaguro solo se realizaba en festivales y ocasiones especiales, como funerales y bodas.
Meiji
Con el inicio del período Meiji y el momento de la modernización en Japón, la práctica de ohaguro fue prohibida por el gobierno. Después de la Restauración Meiji, se permitió nuevamente, pero lentamente se extinguió como un práctica normal. En 1870 la Emperatriz apareció por primera vez en publico con los dientes blancos, lo que supuso ir dejándolo poco a poco en desuso.
Otras curiosidades sobre Ohaguro
Si te preguntas por qué muchas mujeres japonesas cuando abren la boca o se ríen se cubren la boca, esto también viene de tiempos del Ohaguro, en el que a muchas no les gustaba esta costumbre. Este acto reflejo ha sobrevivido con el tiempo, aunque la práctica haya quedado en desuso.
Hoy en día, el ohaguro solo se puede ver en películas, obras de teatro y algunos matsuri (festivales tradicionales). Algunas geishas aún se teñirán los dientes para eventos u ocasiones especiales, por lo que puedes verlo si te diriges a un distrito de geisha en Japón. También se puede ver más ampliamente en otras partes del mundo, como ciertas tribus en la India y Madagascar, donde todavía existe la práctica.
La técnica del Ohaguro es citada en el libro «Genji Monogatari» una novela clásica japonesa escrita a principios del siglo XI. Su autora Murasaki Shikibu una dama de la realeza japonesa escribió esta obra que está considerada como una de las más antiguas de la historia. En ella podemos encontrar citas sobre este ancestral método de belleza japonés.
Ohaguro Bettari
Casi todo en Japón viene acompañado de su Yokai correspondiente, el Ohaguro no iba a ser distinto.
A Ohaguro Bettari se suele ver por las noches. Merodea por los caminos cercanos a los templos y puede llegar a meterse en las habitaciones de los hombres. ¡Busca seducirles aprovechándose de sus formas femeninas!
Este yôkai y suele llevar un kimono blanco de boda. Sus movimientos gráciles atraen a los incautos que caminan por esas zonas en la oscuridad de la noche. El horror llega cuando ven su rostro, o ausencia de él no tiene ojos ni nariz y sólo tiene una boca horrible llena de dientes negros. Sexy ¿verdad? Parece ser que su único fin es asustar y que esta forma la adopta algún kitsune, tanuki o mujina bromista, que busca reírse un poco a costa de los humanos.
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