Konbini – El cielo en la tierra EXISTE

konbini

En esta entrada queremos hablaros de los konbini コンビニ esas pequeñas tiendas de conveniencia que te pueden salvar hasta en el “peor” o más “tragicómico” momento de tu viaje, se podría decir que son Dios en Japón (que nadie se ofenda) pero es que tienen el don de la ubicuidad.

No te dejes engañar aunque tengan un aspecto mundano son muy diferentes del super que tengas al lado de tu casa. Existe un antes y un después de pisar un konbini. No serás la misma persona después de la primera visita y, sin querer, puede convertirse casi en una visita obligada.

¿Qué tiene de especial un konbini?

Los konbini compilan en muy poco espacio todas las necesidades que puedas tener en un día, si, como leéis. Es un todo en uno que no consigues ni en el más puntero centro comercial. Si tienes un konbini cerca puedes olvidarte de ir al banco, porque hay cajeros automáticos, de ir a correos y puede que incluso a la farmacia.

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Konbini, como la mayoría de los lugares en Japón, es un lugar extremadamente pulcro y ordenado, no deberías ver nada fuera de su sitio, ni tan siquiera a última hora, si es así es que los dependientes de no están haciendo su trabajo.

Otra ventaja es que hay muchos que abren las 24 horas del día, recordáis lo de sacaros de un aprieto ¡pues otra razón más!

¿Qué vende un konbini?

Los konbini venden todo tipo de productos. Artículos de papelería, cosméticos, periódicos, manga, medicinas, libros, obento y ¡suplementos vitamínicos! (pensad bien en esto, porque si os organizamos el itinerario seguro que necesitáis un suplemento).

La comida

La comida de los konbini merece casi una entrada propia, pero no vamos a extendernos eternamente. Podéis sobrevivir a base de la comida preparada de los konbini, sobre todo si vuestro presupuesto es muy ajustadito. Hay de todo onigiri, sushi, sándwiches, obento, hamburguesas, ramen, udon, pan, carne frita, nikuman y muchas otras cosas que podéis encontrar frías o calientes.

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Normalmente tienen un microondas para calentar su comida, agua caliente para el ramen y asientos para disfrutar de la comida (recordad que no está bien visto comer y caminar a la vez).

Tened en cuenta que los platos frescos que ofrecen los konbini, son desechados de un día para otro, por lo que si vais a última hora del día, es probable, que aunque no quede mucha variedad, os podáis dar una opípara cena por muy pocos yen. Ya que hay descuentos de última hora.

Otros artículos

Cuando decimos que en un konbini podemos encontrar casi de todo no es ninguna broma. Por ejemplo, te das cuenta de que necesitas algo importante, como cambiarte de ropa porque has perdido el último tren y ese día has sudado como un marrano, una parada rápida en el konbini te asegura todo el suministro necesario para salvar el bache. Ropa interior, camisetas, artículos de aseo personal, calcetines.

¿De repente se pone a llover? Entra en el konbini y compra un chubasquero o paraguas. Muchos incluso se adaptan al clima, apareciendo misteriosamente expositores de paraguas después de que comiencen a caer las primeras gotas. ¿Brujería? ¡NO! konbini

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Servicios prestados

Entre los servicios que se encuentras habitualmente en un konbini está el Wi-Fi gratis, aunque como ya sabéis, nosotros preferimos gastar un poquito y tener internet siempre a mano con sim o pocket wifi.

También puedes imprimir, hacer fotocopias, enviar faxes, pagar las facturas, enviar paquetes o el equipaje (ya os hablamos del servicio de envío de maletas), si desde vuestro hotel no lo realizan, ya sabéis, konbini).

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Otro de los servicios que se presta en los konbini es la venta de entradas para eventos y parques de atracciones, las máquinas están en japonés, pero no seáis tímidos, pedid ayuda y siempre conseguiréis que un dependiente se apiade del despistado gaijin 外人.

Las cadenas konbini más comunes en Japón son 7-Eleven, Lawson, Family Mart, Circle K Sunkus y Ministop. Todos proporcionan bienes y servicios muy similares, la mayor diferencia es que cada uno tiene su propio sistema para comprar entradas. Por lo que es mejor saber a priori quien vende lo que tu estás buscando. También pueden venderse en más de una cadena, por lo que puede que Lawson no tenga pero si 7-Eleven.

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Otra de las razones para visitar un konbini es usar el cajero automático, como ya os comentamos en nuestra entrada sobre los métodos de pago y cómo conseguir yen, no todos los cajeros van a aceptar tarjetas extranjeras. Estáis de suerte, es probable que un cajero de konbini no te de problemas. Pero, insistimos, es un país de dinero en metálico, intentad llevar dinero para cambiarlo en una casa de cambio, las tarjetas pueden fallaros, los billetes nunca. Estos cajeros también permiten realizar transacciones internacionales, siempre y cuando tengas el tipo correcto de tarjeta y cuenta bancaria.

La dependienta

La única razón para hacer el post sobre los konbini ahora mismo, es que acabamos de terminar nuestra lectura de la obra de Sayaka Murata, La dependienta (Konbini ningen).

Esta novela relata la vida de Keiko Furukura, a la que desde niña consideraron rara. Tiene 36 años, está soltera y lleva 18 trabajando por horas en un konbini. Ella es feliz a su manera, pero todo el mundo se empeña en que debe casarse, formar familia y buscar un trabajo menos precario (aunque por horas ya quisiéramos muchos poder trabajar 18 años en el mismo sitio). Parece que a nadie le importa lo que ella opine en realidad.

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La historia está narrada en primera persona, y nos cuenta como es su día a día desde pequeña hasta hoy.  Tened en cuenta que si extrapolamos según que situaciones a occidente puede resultar una historia absurda. Pero no lo es ¡para nada! La autora nos muestra una crítica incisiva al Japón actual, su convencionalismo y su machismo aún imperante, a esa obsesión por encajar y no diferenciarte de los demás.

Vemos a los demás personajes a través de los ojos de la protagonista, por lo que muchas escenas pueden resultar cómicas. Ella es muy consciente de que debe parecer “normal” para que la dejen hacer su vida.

Pero no nos desviemos del tema, el konbini. La mayor del libro se desarrolla dentro del konbini en el que trabaja Keiko Furukura. Retrata minuciosamente el funcionamiento de este tipo de establecimientos, así como otras costumbres de los empleados.

Si ya habéis visitado un konbini, o si lo hacéis después de la lectura, tened por seguro que vais a visualizarlo al 100%.

Imágenes: Cabecera Lawson

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